Hay una parte de ti en el colectivo que está atrapada en la polaridad de varias distorsiones que han ocurrido en los procesos naturales y no naturales de las líneas de tiempo de la creación. Uno tiene que preguntarse si podemos permitirnos negar o ignorar estas circunstancias colectivas que están ocurriendo durante este importante ciclo del tiempo.
Es cierto que tenemos partes más altas de identidad y algunas de ellas están más allá de la polaridad. Son nuestras partes inferiores de identidad, nuestra humanidad la que necesita nuestra atención enfocada. Es nuestra conciencia corporal como ser humano la que más necesita rehabilitación y curación espiritual. Si nos separamos de las realidades físicas de nuestro cuerpo y de lo que realmente está sucediendo en el planeta y en las Agendas de los Controladores de las que todos estamos enredados y formamos parte, corremos el riesgo de perder una parte valiosa de nuestra humanidad y muchos niveles de esa identidad.
Esta línea de tiempo ya no se trata del juicio del ego en ningún nivel. No se trata de culpar o asignar valor de bueno o malo. Esta vez se trata de ser real, auténtico y humano y aprender a ser energéticamente resonantes, y en una acción efectiva basada en el corazón de estar informado, despierto y consciente. Tenemos que tener claro lo que funciona y lo que no funciona, para que podamos recuperar la integridad y la alineación con nuestra Fuente Divina Eterna en todas las formas que podamos. El núcleo de nuestra propia sostenibilidad energética, nuestra capacidad de asumir efectivamente la responsabilidad de nosotros mismos y nuestra dirección evolutiva depende exactamente de este conocimiento específico. Para lograr esto, debemos aprender a comprender el espectro de la polaridad negativa del ego y sus filtros, utilizados a través del espíritu impostor al que todos estamos expuestos.
El núcleo de nuestra capacidad para mantener un estado de Unidad entre nosotros depende de nuestro nivel de sostenibilidad energética personal, ya que logra integridad y coherencia con la fuente de luz interna. Si uno no encarna la integridad interna, si uno no puede reconocer la integridad a través del discernimiento, entonces dependerá de alguien externo y se alimentará enérgicamente de algo externo. Cuando uno se alimenta o usa a alguien más o algo externo para reforzar los sistemas negativos de luz falsa del ego, uno se vuelve parasitario. Simultáneamente, a través del parasitismo, esa persona está utilizando el espíritu impostor e invadiendo los límites energéticos del derecho a la existencia de otros seres humanos.
Si uno no respeta los límites de los demás y se niega a ser dueño de sus propias necesidades emocionales o problemas mentales de juicio, será incapaz de crear reciprocidad o soluciones efectivas en cualquier entorno.
Al proteger nuestra luz espiritual interior, defendemos nuestro derecho a existir, ya que pretendemos estar en convivencia y en un estado de total inocuidad para uno mismo y para los demás. Demostramos esto encarnando la integridad espiritual y alineando nuestras acciones, palabras y comportamientos con la vibración del corazón correspondiente. Este es el llamado a la mejora de esta práctica espiritual en cada área de nuestras vidas, y especialmente en el entorno grupal.
Ordena y reclama tu espacio y cuerpo personal, sin importar nada.
Reclama tu soberanía.
Reclama y posee tu libertad.
Sepan que son Uno con la Luz Eterna de Dios.
Nada puede o te poseerá o te quitará esto cuando te conozcas a ti mismo como esta Verdad.
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